El hombre desde que tiene
uso de razón sabe que tiene libre albedrío para hacer o caminar como le
parezca, sin embargo se ha olvidado que debe ponerse así mismo, reglas o hábitos
para andar.
Existen costumbres propias de
un país o nación, de pueblos. Pero hay costumbres más íntimas que debemos
llevarlas día a día, hora por hora, y cada segundo que pasa, estas son:
aquellas que desde muy pequeñitos nos enseñan en nuestras casas y como si fuera
poco también nos las enseñan en la escuela. Recuerdo que la maestra nos
enseñaba parte de esos hábitos en forma de coro.
—vamos
haber niños, digan: buenos días. — (y todos a coro decíamos), buenos días… y así
se jugaba con cada palabra o frase: saludos, buenos días, buenas noches, permiso,
por favor gracias, a tu orden, etc.
Acerca de las costumbres, La Real Academia de la Lengua Española dice que:
1- Hábito, modo habitual de
obrar o proceder establecido por tradición o por la repetición de los mismos
actos y que puede llegar a adquirir fuerza de precepto.
2- Aquello que por carácter
o propensión se hace más comúnmente.
Conjunto de cualidades o
inclinaciones y usos que forman el carácter distintivo de una nación o persona.
Contra
ley.
1- Costumbre que se opone a
ella, y, sin embargo, en algunas épocas y legislaciones se ha considerado
eficaz.
Fuera
de ley.
1- Costumbre que se
establece en materia no regulada o sobre aspectos no previstos por las leyes.
¿Entonces, que nos cuesta
aplicarlas en la medida que nos se posible? En la casa, en el autobús, en el
trabajo, al manejar, en la playa, en la iglesia, en las calles, en la
universidad… ¡en todas partes!
Saludos, que tengan buen
tiempo.
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