Para aquellos que no interpretan
que es “comprar conciencia” les aclaro que en mi país significa comprar a cambio de dinero o favores
la voluntad de una persona.
Comprar la conciencia del pueblo
es una práctica de muchos años, desde que los pueblos han cedido frente a
cualquier reclamo ante los gobiernos y autoridades.
Cuando más se emplea esa frase es
en los tiempos de campañas políticas, donde la mayoría de los candidatos buscan
cualquier medio para ganar en las elecciones. En medio de la campaña electoral se
pueden ver a algunos aspirantes repartiendo dinero, alimentos, promesas,
inversiones en barrios, con el fin de ganar la confianza de los votantes, que
en la mayoría de veces logran sus objetivos.
Pero el objetivo en esta exposición
no es señalar a aquellos que compran conciencia, sino aquellos
que la venden. Siempre que un ciudadano cede sus ideas, su voz, esta alejando
el desarrollo de la democracia.
Nuestra conciencia es más
importante, por eso nos pagan por ella, al momento que ya no vendamos nuestras
conciencias, los compradores se verán obligados a luchar legítimamente.
Coger unos pesos y gastarlos en
unos minutos no nos quitara el hambre, pero nos hará responsables de cómo funcionen
los sistemas, si bien o mal.
No acusemos a los que compran
conciencia. Acusemos a los que venden su conciencia.
me parece muy bien este articulo
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